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Hidroaysén y la coherencia: seamos claros

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Quizás lo más rescatable del último debate energético (eléctrico) de los precandidatos presidenciales previo a las primarias fue el rechazo casi unánime a Hidroaysén y la opción nuclear. Y el impacto ha sido grande. Es cosa de ver las reacciones a estos anuncios durante los últimos días.

Es bueno recordar algunos hechos que reflejan la coherencia que en estos temas ha mantenido nuestra candidatura. En particular, en 2009 fue la única que explícitamente rechazó Hidroaysén y la opción nuclear. Esta misma coherencia no puede ser atribuida al resto de las candidaturas. Por ejemplo, mientras ex ministros –tanto de la Concertación como de la Alianza, actualmente con roles activos en diversas candidaturas– se esforzaban por presentar ambas opciones como alternativas aceptables, nuestra candidatura así como el grupo de profesionales que nos acompaña realizaba seminarios, debates y expresaba un explícito rechazo a estas alternativas en diversos medios.

 

Seamos claros, Chile no se quedará a oscuras sin Hidroaysén. Igualmente, sin un cambio de las reglas del juego en los mercados eléctricos –con o sin Hidroaysén– los precios de la electricidad seguirán por las nubes. Chile necesita imperiosamente una política energética, no sólo una supuesta política energética que en la práctica es eléctrica, basada solamente en cuántos y cómo instalamos más Megawatts.

Para abordar estos desafíos, nuestra propuesta energética, que será dada a conocer en detalle prontamente, la resumimos en una frase: “Mucho más que Megawatts”. Esta tiene como grandes ejes:

1. Cambio de Reglas: Cualquiera sea la opción, se debe cambiar las reglas de los mercados energéticos para que gane el país, la ciudadanía, la pyme y el medio ambiente. En particular, el diseño de los mercados eléctricos debe alinearse con una nueva realidad tecnológica donde, por ejemplo, la generación distribuida y las redes inteligentes facilitarán la activa participación de la demanda. Crítico es que los mercados y productos asociados a ellos reconozcan y compensen adecuadamente los diversos atributos, mucho más que simplemente MWhs, que distintas tecnologías están efectivamente entregando al sistema.

2. Nueva Energía Para un Nuevo Chile: Punta de lanza de nuestra propuesta es cambiar el actual paradigma basado principalmente en la oferta y la expansión física del sistema. Movernos desde el “más vendo, más gano” al “mejor usamos la energía, más ganamos todos”. Con este objetivo, promoveremos la eficiencia energética, daremos un fuerte incentivo a las energías renovables no convencionales (ERNC), impulsaremos la Ciencia y Tecnología asociada a la energía, la participación ciudadana y haremos viable el cambio en los patrones de consumo en el largo plazo.

3. Plan de Transición: Seamos claros. Pretender resolver todos nuestros desafíos energéticos sólo con ERNC o eficiencia energética no es plausible. Necesitaremos centrales térmicas operadas bajo altos estándares y aprovechar de manera sustentable nuestro potencial hídrico para complementar la transición hacia una nueva matriz. Presentaremos un plan, en el que el rol del Estado como ente coordinador será central, para pasar de una matriz sucia y cara a una sustentable y competitiva. Fundamental será la adopción de instrumentos de ordenamiento territorial para la instalación de centrales.

4. No a Hidroaysén ni a Nuclear; sí a la Empresa Nacional de Energía: En esto también somos claros y directos. Los desafíos que Chile enfrenta requieren soluciones acordes con nuestras realidades. El potencial solar, eólico, geotérmico e hídrico (aprovechado de manera sustentable) sumado a la competitividad cada vez más importante de estas fuentes de energía supera por lejos la necesidad siquiera de pensar en plantas nucleares y mega-centrales hidroeléctricas como Hidroaysén. Impulsaremos la creación de la Empresa Nacional de Energía que tendrá como objetivo esencial “abrir” mercados y desarrollar nuevas tecnologías y fuentes de energía para luego estimular la entrada de privados (pymes).

Nuestro rechazo a Hidroaysén no es sólo a un proyecto. Es un rechazo a una forma de enfrentar los desafíos energéticos del futuro con soluciones del siglo pasado, desde la oferta con mega-centrales, creando condiciones para un mercado aun más concentrado, sin considerar la opinión de la ciudadanía y negando la posibilidad de ver el desafío energético chileno como una tremenda oportunidad para encontrar nuestras soluciones y desarrollar una industria competitiva alrededor de las energías limpias y sustentables.

Marco Enríquez-Ominami, Candidato Presidencial
Miguel Márquez Díaz, Comando Presidencial
Matías Negrete Pincetic, Asesor Energía